La ruta de los 3 picos de Dobbiaco: a lo largo del frente

Dobbiaco siempre ha sido un lugar de conexión. La base del desarrollo de Dobbiaco fue la ruta comercial Strada d'Alemagna, que conectaba Venecia y Augsburgo a través de los valles de Puster y Höhlenstein. Durante la Primera Guerra Mundial, el frente estaba en las montañas que rodean Dobbiaco, y aún hoy Dobbiaco es un punto de conexión entre el este y el sur del Tirol, ya sea por la carretera o, como nosotros, por los antiguos caminos militares. Comenzamos por el valle de Höhlensteintal y pronto nos desviamos hacia el Silvesteralm. Aquí comienza la antigua carretera militar que abastecía a los soldados del frente durante la Primera Guerra Mundial. No debe seguir siendo el único rudimento de este tiempo sangriento en nuestro camino. Así que subimos, curva a curva, sin perder de vista la cresta. En las paredes de algunas de las curvas de la carretera vemos un símbolo de Stoneman pintado con spray azul y también hay un sorprendente número de "Stoamandl" (símbolo de Stoneman, Stoneman= carrera de MTB alpina) junto a los caminos. Pero cuando se sabe que el Stoneman original de Roland Stauders corre por aquí, el asombro no es tan grande. Al pie del Strickberg, pasamos por un sello del circuito Stoneman Dolomiti.

Con las últimas fuerzas logramos la subida a Strickberg pedaleando. Aquí tenemos que recuperar el aliento y dejar que nuestros ojos se pierdan. Por un lado, el Markinkele, con algo más de 2.500 m, uno de los picos más altos de los montes Vilgratner, justo en la frontera entre el Tirol del Este y del Sur. Al otro lado, los Dolomitas y dos de los 3 Picos impresionantemente iluminados por la luz de la mañana. En Markinkele todavía se ven los restos de los antiguos búnkeres de la Primera Guerra Mundial, que ahora están adornados con un lema de ánimo para los Stoneman. Esto demuestra muy bien cómo las infraestructuras históricas están sujetas a cambios constantes. Hoy en día, se trata de rutas aventureras en bicicleta de montaña en lugar de picos sangrientos.

Los dos 3 Picos siempre a la vista
Ahora es el momento de iniciar el descenso. Desde Strickberg tenemos tres opciones para volver al Silvesteralm. Todas ellas son emocionantes, llenas de senderos y bastante desafiantes. Hay que cubrir unos buenos 700 m de altitud y la estructura de los senderos alpinos requiere una técnica de conducción limpia. Comenzamos con una amplia sonrisa en la cara, después de todo, ya podemos ver grandes partes del camino por delante. Discurre por una cresta ligeramente curvada. Se alternan pasajes de pradera y de grava y, en cuanto levantamos la cabeza, tenemos directamente a la vista los Dolomitas. Sin embargo, no es nada fácil concentrarse en el camino. Una y otra vez tenemos que detenernos para disfrutar del panorama y así poder volver a concentrarnos en el camino. Pero éste también exige nuestra atención y la merece. Los cambios de terreno y de pendiente son variados. A partir de la mitad del recorrido, vuelven a aparecer los primeros árboles. Primero pinos ligeros, más tarde el bosque se vuelve cada vez más denso y finalmente se traga el camino y a nosotros. Poco antes del Silvesteralm, llegamos a la pista forestal y podemos cruzar de forma relajada, recuperar el aliento y sentir la anticipación de un buen espresso italiano. Lo disfrutamos en la soleada terraza por la tarde con vistas a un pequeño pero hermoso biotopo sobre la cabaña.

Desde aquí volvemos a Dobbiaco, por supuesto no sin hacer un desvío al lago de Dobbiaco. Se encuentra en un lugar idílico, en el valle de Höhlensteintal, y los ciclistas más resistentes pueden refrescarse aquí después de la ruta. Pero cuidado: este lago de montaña se alimenta del Rienz y no tiene la temperatura habitual de los baños centroeuropeos. Tras este desvío, nos sentamos en la terraza con un aperitivo y una vista del Neunerkofel y el Birkenkofel. Miramos el mapa y se nos dibuja una sonrisa en los labios a la vista de las posibilidades que aún tenemos aquí entre Stoneman y Plätzwiesen, entre el este y el sur del Tirol, entre 3 Zinnen y Markinkele.