La clasificación no prometía nada bueno para Ferrari, los fallos técnicos hicieron que Vettel terminara último, Leclerc llegó a ser 10º tras romperse en la Q3, pero las Flechas de Plata y Red Bull se repartieron las dos primeras filas de la parrilla.
La lluvia no promete nada bueno
Las tres vueltas de calentamiento hasta que el coche de seguridad hizo que la carrera se quedara parada no presagiaban nada bueno para el transcurso de la carrera del domingo. La lluvia que comenzó fue la responsable de esto. Lo que siguió fueron tres o cuatro salidas del coche de seguridad, cambios demasiado tempranos de slicks a intermedios y repetidos e imprevisibles abandonos.
Tras una sólida salida de Mercedes, las Flechas Plateadas se pusieron en cabeza. A su vez, los Red Bulls chapurrearon lo suyo y se quedaron atrás. Max Verstappen, en particular, se durmió en la salida y se vio superado por sus rivales, pero al final todavía logró convencer a sus mayores críticos de su capacidad como especialista en lluvia y ganó la carrera en Hockenheim con aplomo.
Pero nadie esperaba realmente que Sebastian Vettel estuviera en el podio en segundo lugar junto a Max al principio. Tras quedar fuera de la clasificación por daños en el turbo, lo que le hizo retroceder hasta la 20ª posición de la parrilla, el piloto de Heppenheim nunca se rindió y buscó de forma impresionante sus oportunidades y luchó por estar al frente.
El abandono de Charles Leclerc fue desafortunado, ya que había subestimado las condiciones de humedad y se salió de la pista después de estar en una posición prometedora. Lo mismo le ocurrió a Nico Hülkenberg, que en un momento dado se situó en segunda posición. Un poco menos de riesgo y una conducción más cuidadosa habrían sido aconsejables y más acertados. Pero Valtteri Bottas, que se había quedado pegado a la rueda trasera de Hülkenberg antes, también golpeó los bordillos mojados con sus neumáticos a siete vueltas del final, hizo un trompo y salió disparado hacia la barrera de la pista. Debido a que Lewis Hamilton corría en 15º lugar en ese momento, debido a su percance en la carrera anterior, Bottas enterró la última esperanza de la tripulación de Mercedes de triunfar como equipo alemán en el GP de Alemania, lo que Toto Wolf reconoció con un golpe de puño en la mesa.
En la última fase de coche de seguridad a cuatro vueltas del final, Max Verstappen lideraba por delante de Daniil Kvyat, Lance Stroll, Carlos Sainz y Sebastian Vettel. El quinteto de cabeza en un GP de Fórmula 1 no podía ser más inusual, al igual que el tercer puesto de Daniil Kviat. Para Sebastian Vettel, en particular, el podio debe haber sido como una redención tras la chapuza de la sesión de clasificación. Vettel comentó tras la carrera: "¡Qué carrera tan especial! Me lo pasé muy bien, aunque no fue nada fácil y a menudo parecía una lotería".
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