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Arosa: Con encanto contra los daños del virus Corona

Las regiones de esquí suizas tienen que enviar a sus huéspedes a casa. Un duro golpe para todas las regiones de vacaciones en las montañas suizas. Con el nuevo decreto del gobierno federal y del cantón, las operaciones de esquí deben detenerse con efecto inmediato. Miles de invitados vuelven a casa decepcionados. Sin embargo, la región de vacaciones de los Grisones, Arosa, pone una sonrisa en la cara de sus frustrados huéspedes y sorprende a cada uno de ellos que se va con un pequeño regalo de despedida. Una acción entrañable.

Un día negro para el turismo suizo. Para contrarrestar la propagación del coronavirus, el gobierno decide tomar medidas drásticas. El viernes 13 de marzo, el Consejo Federal informa de las medidas reforzadas: Los eventos con más de 100 personas serán prohibidos. Las instalaciones de ocio, como los centros deportivos, las piscinas y las estaciones de esquí, también se ven afectadas. Los cantones pueden conceder excepciones. En un primer momento, el cantón de los Grisones no interpretó correctamente estas exigencias del gobierno federal e informó a las estaciones de esquí de los Grisones de que las operaciones de esquí podían continuar durante el fin de semana. Debido a esta directiva, Arosa registró muchas llegadas de huéspedes que querían disfrutar de los dos últimos días de esquí. El viernes por la noche, el cantón emitió una corrección frenética e informó a las estaciones de esquí de que debían cesar su actividad inmediatamente.

Frustrados y aturdidos por la mala interpretación del cantón de los Grisones, muchos destinos turísticos tuvieron que actualizar sus canales de comunicación durante la noche y hacer preparativos para informar a sus huéspedes. Miles de invitados decepcionados volvieron a casa el sábado. Pero Arosa Turismo no quería que sus huéspedes se fueran así. El sábado por la mañana, el equipo se encontraba en la única carretera que salía de Arosa. Vestidos con ropa de Arosa, el equipo entregó a cada invitado que se iba un regalo de despedida. A la hora de comer ya habían regalado a 2500 grandes osos de chocolate, así como agua fresca de Arosa y una sonrisa amistosa, diciéndoles que volvieran siempre en verano. La campaña hizo sonreír a muchos invitados. Los empleados de Arosa Tourism recibieron agradecimientos, palabras de elogio e incluso lágrimas en los ojos. Un dulce consuelo y una acción cariñosa por parte de la organización turística.

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