Jenny Rissveds volvió a subir al podio como ganadora en la Copa del Mundo de MTB de Lenzerheide el domingo 11 de agosto de 2019, por primera vez en tres años. Esto roza el milagro. La última vez que celebró su victoria fue también en Lenzerheide, pero fue el 10 de julio de 2016 por delante de Annika Langvad y Jolanda Neff. Después de eso, desapareció de la Copa del Mundo durante dos años y ahora esta victoria. ¡Qué regreso!
El 20 de agosto de 2016 se proclamó campeona olímpica de MTB Cross Country y celebró así su mayor éxito. Un mes y medio antes ya se había convertido en campeona del mundo sub23. Qué año. Pero algo debió de afectar a la joven sueca, ya sea las disputas entre su equipo Scott-Odlo y la federación sueca -qué marca de casco, qué ropa y qué patrocinadores se le permitían o no llevar en los Juegos Olímpicos- o ya sea el inconmensurable éxito y el enorme eco mediático mundial que el éxito desencadenó y con el que Jenny tuvo que aprender a lidiar primero. Cayó en la depresión, se retiró y pronto dijo adiós al ciclismo de montaña internacional. En 2017 y 2018, a Jenny no se le vio en las carreras internacionales, no había equipo a la vista, pero en 2019 se reportó, con cautela, porque quería volver a competir, pero con su propio equipo, donde nadie le dijera qué hacer y qué no.
El 26 de mayo de 2019 consiguió un modesto 33º puesto en Nove Mesto (República Checa), y había que preguntarse si podría llegar incluso sin un equipo internacional. Pero el 7 de julio de 2019 puso su primer signo de exclamación con un 5º puesto en Vallnord/Andorra. Había que volver a contar con ella. Tras otro top 10, el noveno puesto en Les Gets (Francia), consiguió su primer podio real con el tercer puesto en Vale di Sole (Italia) el 4 de agosto de 2019. Y sólo una semana después, en una hazaña que probablemente pocos habrían imaginado, consiguió repetir su victoria en la Copa del Mundo de Lenzerheide de hace tres años, empujándose de nuevo al trono del MTB en la élite femenina. Esto marca el final de un camino interminablemente arduo y personalmente muy estresante para Jenny Rissveds, que comenzó en el otoño de 2016 y terminó de nuevo con la victoria de ayer. El regreso de la princesa sueca de la bicicleta de montaña ha sido todo un éxito y eso nos alegra a todos.
Es comprensible que después de toda la presión de sufrimiento que llevaba encima y el miedo constante a fracasar, se derrumbara en la línea de meta y sufriera un ataque de llanto con todo su sufrimiento de los últimos 2-3 años fluyendo fuera de ella, pero al final volvió a estar radiante en el podio y eso es una verdadera alegría. Con esta victoria, Jenny está escribiendo un verdadero cuento de hadas sobre la bicicleta de montaña. ¡Jenny ha vuelto a la cima!
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