Estaba considerado como el mayor talento alemán de la bicicleta de montaña. Pero sólo desde que se separó de su hermano mayor y se pasó al Cannondale, Manuel Fumic ha vuelto a alcanzar las estrellas.
de Mac Huber
Los fabricantes alemanes de bicicletas de montaña se frotaron las manos cuando el joven de sonrisa radiante y peinado alegre subió a lo más alto del podio como flamante campeón del mundo sub23. Ahí estaba, el embajador que tanto necesitaban, el nuevo faro de esperanza que además se llevaba bien con las chicas. Su nombre: Manuel Fumic.
Parecía más simpático que su hermano Lado, seis años mayor, que también era un exitoso ciclista de montaña y que sólo se quedó sin medalla en los Juegos Olímpicos de 2000 en Sidney, quedando quinto en campo a través. Pero Manuel no se dejó cortar los lazos familiares. Necesitaba el hombro fuerte de su hermano mayor, que le había iniciado en el ciclismo de montaña y que seguía siendo un modelo para él. Junto con él, quería sacudir el escenario de la bicicleta.
El FBI se metió con las federaciones
Sin embargo, los dos hermanos nunca consiguieron llegar a la cima del mundo. En las grandes carreras sólo consiguieron puestos de honor, no medallas. Cuando T-Mobile se retiró del patrocinio de la bicicleta de montaña, Manuel y Lado Fumic decidieron fundar su propio equipo, la escudería "Fumic Brothers International", o F.B.I. para abreviar. Pero a F.B.I también le costó perseguir a los mejores del mundo....
Puedes encontrar el artículo completo en el número 02/2013
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